Una intervención es una cooperación estratégica entre los que cuidan de un adicto, con el único objetivo de conseguir que el que abusa de sustancias busque ayuda en un centro de tratamiento residencial. No es el ámbito para resolver los problemas entre los miembros de la familia o para hacer frente a las disfunciones de otros. Es el trabajo del intervencionista mantener el cometido enfocado en la meta, mientras se ayuda a los miembros a resolver los sentimientos inevitables de traición, ira, miedo y desesperanza.
Miembros de la familia:
Antes de confrontar un individuo que abusa de las drogas y/o alcohol, los miembros participantes de la familia deben reunirse y coordinar un plan. Ellos deben entender que el propósito es llevar al adicto a los recursos para la ayuda. El estar preparado y organizado beneficiará a la familia y también ayudará a mejorar el resultado de la intervención. La creación de un plan bien pensado también contribuirá a disminuir la ansiedad de la familia.
En adición, es importante educar a los seres queridos del adicto en entender las promesas de una vida sobria para toda la familia, pero también advertir a los participantes que se preparen para la negación y el resentimiento de la persona que abusa de sustancias. El objetivo de una intervención de abuso de sustancias es conseguir que la persona asista a un programa de tratamiento de inmediato. No es suficiente para que el que abusa de sustancias el prometer que dejará de usar. Él debe comprometerse a obtener ayuda durante la intervención para poder considerarla un éxito. El intervencionista típicamente advertirá a los participantes a trabajar con todos los detalles del tratamiento, incluyendo los planes de viaje dependiendo de la etapa en la que este , de modo que el que abusa de sustancias puede obtener la ayuda que necesita de inmediato.
Métodos para alentar al adicto a tomar acción inmediata:
Una intervención informal de abuso de sustancias implica tener una discusión con el adicto. Las intervenciones formales implican una reunión estructurada con el adicto. Un grupo de miembros “compañeros de tratamiento” por lo general se reúnen junto con el que abusa de sustancias para discutir la adicción, comportamientos y sus efectos sobre la vida de cada persona. Esta técnica se utiliza a menudo cuando las otras vías de ayuda han sido rechazadas. Ya sea formal o informal, se sugiere llevar a cabo las intervenciones cuando el adicto no está bajo la influencia de su adicción.
Cuando se busca una intervención formal de abuso de sustancias, el primer paso es reunir a todas las personas que están cerca del que abusa de sustancias. Cualquier persona que ha sido testigo de primera mano del daño físico y emocional causado por el que abusa de sustancias, puede jugar un papel en la intervención. El siguiente paso es reunirse con un profesional que guíe la intervención. Esta persona puede ser un terapeuta o un consejero con experiencia en intervenciones de abuso de sustancias que pueda sobre qué esperar durante la intervención. El intervencionista también puede ayudar a organizar sus comentarios con el fin de aumentar las posibilidades de un resultado exitoso.
Cuando el usuario trae un sentido de urgencia y de la gravedad de la condición para minimizar la actitud de procrastinación, la cual es muy típica de los adictos y los alcohólicos activos. El adicto debe darse cuenta de que no está en control. Presente pruebas fácticas del impacto personal de la adicción. Presione a la persona a enfrentar el problema.
Se explique el peligro del consumo continuo de alcohol y/o drogas y las consecuencias que podrían desarrollarse en cuanto a la salud, carga financiera, asuntos legales, pérdida de empleo, relaciones e incluso la muerte.